29/3/08

VIERNES SANTO; ¿FICCIÓN O REALIDAD?


Viernes santo, éste parece ser el día perfecto del año y la prueba más fiel para mostrar cómo la tradición se aferra y se niega a desaparecer en el mundo contemporáneo. Aunque se habla cotidianamente de que la globalización nos inunda y que se está asistiendo desde vieja data, ha un proceso de secularización donde se ha tratado de llevar a la Institución Iglesia al lugar que le corresponde; esfera de la vida privada, desde el plano de local o más específicamente desde la cultura y la tradición de mi pueblo (Barbosa) no parece pasar lo mismo o en otras palabras pareciese que corriéramos en contravía de la historia y de la contemporaneidad. Armado de los cinco sentidos que alguno de tantos dioses de los que escuchado hablar o la misma naturaleza me regaló, me dispongo a contarles la manera como el Viernes Santo en mi pueblo se cuela y se filtra por todo mi cuerpo sin dejar posibilidad alguna a escapar.

7:00 am. En la habitual melodía del despertar del pueblo que acompaña de manera armónica el canto de los pájaros algo parece faltar, hoy no trinan las campanas de sus tres iglesias; ¿cual será el motivo?, acaso habrán desaparecido de manera mágica y misteriosa, habrá ocurrido alguna tragedia en el pueblo, o mejor aun ha llegado definitivamente el fin de la Iglesia Católica tal y como lo han mostrado múltiples tendencias después de los crímenes, contradicciones e injusticias cometidas por ella. Motivado por la duda y tratando de liberarme de las sospechas que me abrazan me desplazo hacia la ventana de mi alcoba con el único fin de encontrar la verdad y resolver el misterio, llego hasta ella corro la cortina y paso de la oscuridad de mi cuarto a una luz del exterior que ataca y enceguece mis ojos, después de una corta batalla librada con la luz del día que me demuestran que las cosas no van hacer tan fáciles, logró abrir mis ojos con atención y con la mirada periférica que posibilita el lugar en que me encuentro parado recorro cada uno de los detalles del paisaje que tengo en frente, esta vez el sentido de la vista no le da ningún sentido lógico al misterio que quiero resolver, a pesar de que es el sentido que más utiliza el hombre contemporaneo gracias a las imposiciones del proyecto de Modernidad y de la cultura visual en la que nos encontramos inmersos esta vez mis ojos no me comunican nada, o mejor no le dan respuesta alguna a mi incertidumbre, no me muestran nada más que la belleza del paisaje.

Dejo caer la cortina e inmediatamente vuelve la oscuridad a mi cuarto, me siento en mi cama y me pregunto que hacer, no encuentro respuesta, me desespero y me digo a mi mismo, osea a mi otro yo, olvidémoslo; que importancia puede tener para nosotros (o sea para mi y para mi otro yo) lo que pase allá afuera que la duda se valla al carajo y continuemos durmiendo que estamos en vacaciones. Cierro mis ojos y trato de conciliar el sueño pero es imposible dormir, la duda vuelve y se apodera de mí y con mis ojos cerrados me pregunto como resolver el misterio, gracias a que el sentido de la vista se encuentra bloqueado por la presión que ejercen mis parpados sobre mis ojos recuerdo que estoy dotado de otros sentidos que pueden ayudarme y complementar la vista para así desenmarañar esta historia.

7:30 am. Dispongo de todos mis otros sentidos y me levanto de nuevo, esta vez no me desplazo hacia la ventana sino hacia la puerta de mi alcoba, abro la puerta y escucho un silencio que me corrobora que aun todos duermen, todo se encuentra en absoluta calma. De manera lenta recorro el pasillo, cruzo el comedor y la sala y abro la puerta principal de mi casa, me siento en la acera y un nuevo suceso acrecienta el misterio hoy ante mi oído los equipos de sonido de los vecinos madrugadores no perturban el ambiente como habitualmente lo hacen con los ritmos fafarachosos y pesados para las horas de la mañana, sólo el equipo de sonido de la familia isaza con un volumen bajo se encuentra encendido, agudizo mi oído tratando de identificar el sonido y escucho la siguiente exclamación; “perdona tu pueblo señor, perdona tu pueblo perdónales señor y de mí Cristo apiádate contra ti yo peque”, me pregunto que es lo que esta pasando, que será eso tan grave que ha hecho el pueblo y a que señor le estarán pidiendo perdón, siento temor entro a mi casa y cierro la puerta.

De nuevo en casa, ahora no soy el único que esta despierto mi mamá ya se encuentra en la cocina, me dirijo a mi cuarto enciendo la televisión y me acuesto pero hay un olor nauseabundo y penetrante que incomoda mi olfato, creo que es pescado, pero me niego a creerlo en mi casa nunca se consume ésta carne, el misterio cada vez se hace mas alarmante, decido llamar a mi mama y preguntarle:¿sabes que es lo que esta pasando? Ante mi pregunta responde con un ¿Por que? yo respondo; ¿sabes por qué huele a pescado?, ¿a que señor le pide perdón el pueblo? y ¿por qué no trinan las campanas de las iglesias?, ella me responde; pues claro, hoy es viernes santo el pueblo esta de luto porque se conmemora la muerte de nuestro señor Jesucristo que entrego la vida por nosotros, ¿que qué? respondo, y me contesta; simplemente hoy es viernes santo y la iglesia Católica se reúne para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo, yo exclamo; ¿hay mucha gente católica en el pueblo?, y ella me contesta retándome; compruébalo tu mismo y me entrega dos plegables en los que están los programas de las parroquias, me dispongo a verlos y me encuentro con lo siguiente:

Parroquia Jesús de la Divina misericordia:

7:00 a.m. Laudes solemnes ante el Santísimo
10:00 a.m. Gran víacrucis
3:00 p.m. Celebración de la pasión del señor
7:00 p.m. Catequesis de las Siete Palabras
9:30 p.m. Procesión hacia el santo sepulcro

Parroquia San Antonio de Papua:

10:00 a.m. Sermón de Sentencia y Santo Víacrucis
3:00 p.m. Adoración de la Santa Cruz
7:00 p.m. Sermón de las Siete Palabras
10:00 p.m. Procesión del Santo Sepulcro

9:30 am. Luego de desayunar en familia mis abuelos mis padres y mis tíos salen de la casa, después de quedar solo decido asumir el reto planteado por mi madre y procedo a bañarme y alistarme para salir a ver que pasa en el pueblo. A eso de las 10:30 salgo, las calles de mi barrio y cinco cuadras mas se muestran totalmente desconocidos ante mi oído, el silencio reina en las calles, no hay niños como de costumbre y las puertas y ventanas de las casas están cerradas es como si me encontrara en un pueblo del lejano oeste, ante tal panorama decido cambiar mi actitud y camino sigilosamente cuidándome de que de pronto no valla ser cierto que este en el lejano oeste y al mejor estilo de sus películas de vaqueros y villanos una bala perdida pueda llegar alcanzarme y penetrar en mi cuerpo. Al aproximarme al parque el cuadro de silencio y soledad empieza a cambiar inicialmente escucho murmullos y después como por arte de magia y como conejos salidos de un sombrero de mago empiezan aparecer las personas del pueblo, pero hay algo extraño en ellas, hoy todos se desplazan en grupos o mejor aún en familia; padres, hijos, abuelos, tíos…… parecen clanes que van a un gran consejo indígena, todos caminan en el mismo sentido, todos van en dirección oriente.

Camino cuatro cuadras más en medio de algunas familias y un nuevo sonido penetra mi oído, parece ser una banda de viento que está muy triste, continuo acercándome e identifico con claridad que es una melodía fúnebre, acelero mi paso quiero satisfacer el deseo de mi ojo que quiere ver que es lo que pasa, por fin llegue al lugar que me dirigía y para mi sorpresa me encuentro con que los habitantes del pueblo casi en su totalidad están atiborrados en aquel pequeño parque, supongo que también mi familia se dirigía hacia acá el clan de lo Márquez (de los Márquez de Barbosa) no puede faltar, el sonido de la banda continua pero todavía no puedo verla por que según me lo comunica mi oído se encuentra en el extremo opuesto al mío. Tengo que cumplir al pedido de mi ojo pero va ser difícil cruzar el parque porque como se dice popularmente “no le cabe una aguja más” decido meterme en la multitud porque si es cierto que donde comen dos comen tres, donde hay miles cabe uno mas, emprendo la osadía, hace calor, siento una sensación de ahogo, el contacto con la gente es inevitable y en medio del vaivén recibo pisotones y empujones, el cuerpo ya no se mueve por si solo, la fuerza que ejerce la masa sobre él es la que ocasiona el movimiento y a medida que penetro en la multitud el caminar se hace mas lento.

Por fin llego al lugar exacto en el que se originaba el sonido y ahora me encuentro en el centro del mar de gente, además de los integrantes de la banda de viento que visten de negro y corbata, hay unas imágenes de yeso adornadas con flores y trajes terciopelo y satín, algunas de estas imágenes son: una mujer con apariencia triste y con el corazón en su mano al que la gente llama María; un hombre con una corona de espinas en sus sienes, una capa en sus espaldas, sus manos atadas y sus brazos y todo su cuerpo ensangrentado al que llaman Jesús; un hombre con apariencia de rey custodiado de soldados romanos al que llaman herodes, entre otras imágenes, también se observan sombrillas de todos los colores, fieles que caminan descalzos por encima del asfalto y que unidas al resto de las personas exclaman frases con rima y ritmo agudo como en una sola voz: “por mi señor inclinas el cuello a la sentencia…..oh pecador ingrato ves a tu dios caído ….. toma la cruz preciosa ….yace el divino dueño segunda vez postrado detesto yo el pecado……..al suelo derribado tercera vez el fuerte….el manantial divino de sangre esta corriendo…….muere la vida nuestra pendiente del madero”. Mi cuerpo suda, las miles de personas van en procesión llenando las calles principales del pueblo haciéndome imposible salir de la multitud, el caminar es muy lento y el transitar se extiende por 14 estaciones que se acompañan de rezos y predicaciones, después de cuatro horas de un caminar lento bajo un sol inclemente y diferente aquel que divujan los niños con una sonrisa, se observan rostros cansados y malas posturas de los cuerpos que indican que el fin de la procesión y el fin del misterio de aquel Viernes llamado santo por mi mamá y diferente a todos los demás días y viernes del año se acerca.

Llego el fin pero esta vez no viene solo, ha venido acompañado de una enseñanza que nos ejemplifica como la religión católica aunque muchas veces desde múltiples espacios académicos y políticos creamos que agoniza se encuentra aferrada a la tradición de los pueblos, de las ciudades, del país y del planeta en general, realidad que nos muestra que los presupuestos del proyecto de modernidad con una idea de progreso que se proponía liberar al mundo de todo aquello ilógico y que no se pudiera explicar a través de la razón no ha triunfado en su totalidad, o sino, como explicar que magnitudes tan exorbitantes de personas se reúnan en nombre de una fe que es ciega, muda y sorda que escapa a la razón y a la lógica de la ciencia y que se convierte a su vez en uno de los pocos motivos que reúne a pueblos y a familias evidenciando como habitamos en un mundo donde coexiste lo premoderno, lo moderno y hasta lo posmoderno.